
La otra mañana bajé unos minutos al parque que hay junto a casa, aprovechando un bonito día de sol y la compañía de mi gran amiga peludita, mi perrita.
El sol brillaba fuera y no tanto dentro de mí. Así que sabía que me vendría muy bien salir y exponerme a su Luz.
No sé tú, pero yo tengo algunas ventanitas por las que se cuelan los rayos de sol en un día gris y una de ellas es estar con mi perrita y mis dos gatos y simplemente caminar.
Hace poco he descubierto que en esos momentos, soy como Hécate ( diosa de la noche y la magia) y su animal de poder,( un perrete guardián) jajaja. Julia Almagro, de «Luna dominante» lo explica genial.
A lo que iba:
Sobre las 12 del mediodía salimos en un paréntesis de mi mañana; había sido una semana frenética para mí, ¡y buaff!! Necesitaba esos 20’ de vuelta a mi ritmo sano junto a mi perrita.
Un simple paseo viendolos a ella explorando con total presencia e inocencia, todo lo que veía y al Solecito brillar.
Me senté en un banco de piedra a Sol. ¿He dicho ya lo que me gusta el Sol? )
El parque a esa hora estaba tranquilo, pero captó mi atención un pequeñajo,( más adelante sabría que este lindo ser humano tenía 2 añitos y se llamaba Hugo) maestro de vida, que iba con sus abuelos.
Ambos tranquilos y observando con presencia absoluta al peque; algo que muchos adultos ya no se permiten hacer.
Paréntesis de reflexión para aplaudir a todos los adultos que permiten al niñ@ ir a su ritmo, que observan siempre un paso por detrás de él, acompañando su apertura y descubrimiento del mundo. Adultos que cuando están con los peques, saben que para ell@s es vital tener tiempo de calidad para descubrir su espacio, a su medida y en sus tiempos, no en el que le marquen las propias necesidades del mayor que acompaña.
El caso es que el peque, con su anorak amarillo rechiflón y la capucha puesta cual magnífico superhéroe del S XXl, hacía sombra al maravilloso día de sol. Me llamó la atención, porque en su paseo de repente, algo le hizo pararse en seco:
Veo que, se para …
Se pone en cuclillas y se queda pensativo mirando al suelo,
Se levanta bruscamente, se vuelve a agachar.
Mira para su abuelo que estaba cerca de él
Y luego requetemira a su abuela que estaba al otro lado, llevando el carrito donde él se sentaba…
Entonces, el nene vuelve a ponerse de pie.
Sale corriendo mirando al cielo y se para en seco,
Recula hacia atrás mirando al suelo,
Y vuelve a dar unos pasitos rápidos, tremendamente pensativo, mirando con atención al suelo, se agacha y toca el suelo delante de sí.
A estas alturas ya habrás descubierto, lo que tanto llamó su atención… pero si andas despsitad@ te lo digo yo:
Acababa de descubrir su sombra.!!!
Cuando vio que esa silueta pegada al suelo y a él lo seguía, tomara la dirección que tomara, empezó a correr más rápido y se reía jugando con ella; pero lo que ya fue el culmen de su descubrimiento fue ver la gran sombra que también proyectaban su abuelo su abuela y hasta el carrito.
El pequeño corrió a dar la mano a su abuelo, y empezó a jugar dando torpes saltitos, y mirando súper, súper feliz, las dos sombras desplazándose a la par delante de sí.
Y así continuó su paseo y aventura, como aquel explorador que por fin ha encontrado el Santo Grial y lo lleva consigo.
Y bueno….Esta es la historia que quería dejarte hoy por aquí ,querid@ amig@, sin más.
Toda una lección de vida para mí, jeje. Supongo que ese día nublado dentro de mí, dio paso a la luz y vio algo tan hermoso como lo que te he contado.
Cuando el pequeño descubrió su sombra, se sintió súper feliz.
Exploró, experimentó y la aceptó como compañera, de hecho, el llevarla consigo le hizo sentirse poderoso y ver que sus abuelos también tenían otra de esas, ya fue lo más de lo más. Porque eran iguales a él.
Y así continuó su paseo integrando su sombra bajo la gran Luz que también era, y que justamente le permitía crear su sombra.
Y es que somos Luces y sombras, sin más. Ellas conviven en perfecta armonía, sin conflicto con naturalidad sabiendo que son parte de lo mismo y que ambas son necesarias para que transitemos esta aventura de encuentro verdadero con lo que Somos.
Así que termino este tiempo del año, con un breve relato, llena de gratitud y Paz por recordar que el camino de la Felicidad siempre pasa por la aceptación que nos lleva a la integración de todas nuestras partes en el centro, donde se encuentra la Virtud y el Amor.
Deseo que seas feliz y haya armonía en tu Vida.
Un abrazo,
Namaste
Blanca R. Chacón.
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